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“Eso” que leemos”, por Ezequiel Tujague

Hace apenas unos días se realizó la decimosexta Feria del Libro de Bragado, y fue con figuras relevantes de la cultura nacional como invitadas, como los casos de Kartun, Sacheri “Chango” Spaciuk y Lalo Mir, además de toda la cultura regional del noroeste bonaerense que se hizo presente con ávido público lector. Hasta allí se fue nuestro columnista, acompañado por una figura local y regional del teatro: “Conty” Arcos.

Nuestro columnista y cronista Ezequiel Tujague aprovechó la oportunidad y pasó a buscar a su amiga teatrera y profesora linqueña, “Conty” Arcos, por Junín, donde reside en el presente, para ambos arribar a Bragado en busca de arte y de eso que leemos como motor de curiosidad en lo que fue una nueva edición de la Feria del Libro en la vecina ciudad. La crónica invita a pasear por las rutas de un pueblo a otro y por las miradas y dichos que el dramaturgo Kartun convidó y que aún resuenan en quienes estuvieron presentes en este evento cultural, que también tuvo presencias nacionales destacadas como los casos de Sacheri “Chango” Spaciuk y Lalo Mir.

Un texto para pensar qué lecturas y qué recorridos hemos asumido al leen.

Pasear y leer; volverse lectura en el paseo.

Hablar del libro.

Del objeto libro.

Eso sucede generalmente en las charlas que acontecen en las ferias del libro.

¿Qué mejor lugar para hablar del libro?

¿De qué hablamos?

De libros.

De las lecturas, de las escrituras, de esas historias que se plasman en un libro. Luego, en literatura.

En este caso, con una propuesta amplia y con variadas maneras de abordar la lectura y el libro, se realizó la decimosexta Feria del Libro de Bragado.

Con charlas exquisitas en el hermoso teatro auditorio del edificio Centro Cultural “Florencio Constantino” como lugar central del evento.

La figura del tenor que vivió seis años en Bragado y que, hoy, en una escultura de acero y fierro, contempla y parece prestarle su voz y arte al lugar y a todo Bragado.

El jueves pasado fue la inauguración con el Coro Municipal cantando en el hall de entrada del hermoso espacio y, luego, con la presentación de Mauricio Kartun, dramaturgo que dio una charla ágil y muy personal sobre sus lecturas, sobre cómo esas lecturas aparecen luego en su propia escritura, en sus proyectos y en todo su proceso de producción de dramaturgia.

El plato es tentador:

escuchar a un reconocido, que, seguramente, va a decir algo relevante, interesante, valioso… Que va a compartir experiencias, su rico mundo con humildad y con una intimidad que, para quienes apreciamos al dramaturgo, es un regalo de estas búsquedas culturales que tanto queremos y creemos.

Hablo en plural. Creemos, dije.

No fui sólo.

Fui con la persona más dramaturga que conozco y que considero, que vive teatro y arte, y que se recibió hace unos meses atrás como profesora de Teatro: “Conty” Arcos.

Constanza.

Hay que tener constancia. Para seguir. Para terminar algo. Un proyecto, un cuadro, una canción, este textito.

Esto que usted, estimada lectora y lector, lee.

 En mi caso, ir al territorio. El combustible de ese ir.

Siempre ir y mirar. Indagar. Que algo suceda.

Y siempre sucede.

“Conty” está dando unas clases de teatro en un pueblito del partido de General Arenales que no limita con nuestro partido de Lincoln, pero sí con Junín, donde reside la estimada y flamante profesora. Ese pueblito es La Angelita.

Hasta allí fui a buscarla, así no hacía dedo, como hace siempre, todos los jueves. Este jueves tiene chófer. Tiene un amigo que la admira. Y que traza una ruta para luego ir a Bragado, nuestro destino.

La Angelita tiene una escuela, una capilla, unas ovejas, bicis tiradas en las veredas, una mezquita y la influencia de inmigrantes libaneses. En la plaza hay un monumento: aparece el nombre de Laura Khalloub, nuestra artista de Lincoln. Cuando uno se reconoce en esos trazos de cultura viva, en esa placa que perdura en el tiempo, para decirnos que aquí, en estas tierras, hubo una comunidad del Líbano. Cuando uno ve ese nombre de una artista de nuestra ciudad, piensa en que el trazo, el camino, ya lo anduvo otra, otro. Caminos andamos, caminos ya trazados, caminos andados; vueltos a andar. 

Caminos que aún podemos reconocer. En un nuevo trazo.

En un olor, en los años de una anciana inmigrante, en esas personas de otro mundo que, justo ahí, armaron una vida.

Después de ese reconocimiento abrochamos cinturones y partimos por la ruta 65 a Junín.

El viaje es charla. Ponerse al día.

Es literatura, obras de teatro, es lo de ella y lo mío. Es empezar a compartir el día en un mano a mano que disfruto muchísimo. Es en ese mano a mano en donde más cómodo me siento.

Donde me entrego, donde me abro, donde recibo lo que ese otro, esa otra, “Conty”, me da.

Es un ida y vuelta que nos pone en conocimiento del otro, que nos llena de empatía, de arte.

De inquietudes compartidas.

De teatro.

De libros.

De actividades culturales.

Siempre nos encontramos desde ese lugar, en esa esencia. Hoy, nuevamente.

Siendo nuevos.

Voy de viajero. Escucho. Pregunto, escucho, aporto algún comentario, comparto mi nuevo andar, la vida renovada, los libros, las lecturas, nuestras amistades en común.

El pasado y el presente. Lo que viene: Kartun en Bragado.

Seguimos.

Ruta 65. Fortín Tiburcio, Agustina.

El basural y lugar de reciclado, el cementerio y la cárcel de Junín. La entrada por la 188.

“Conty” está comandando la casa de cultura “Dante Balastro”. Este año se dio así y ese es su lugar, que se le abre con el esplendor que ella genera y logra.

Una casa cultural en Junín. Algo que ella siempre soñó. Un lugar cultural para sus 24×7.

Comemos unos de miga ahí, rodeados de libros, de teatro que espera suceder en la sala que tienen, una casa que cumple unos 20 o 25 años este año. Y que estaremos visitando y compartiendo.

Es que esto es así: cruces, enlaces, sueños y proyectos, saberes; todo compartido. Todo como camino.

Hoy la charla de Kartun es “el libro como camino, la biblioteca como mapa”.

Ando siempre con un mapa del partido de Lincoln y uno de la provincia. Ese ser bonaerense. Por eso me interesa saber y ver qué hay dentro del mapa, en su tierra. En su vida social, política y cultural. Qué intereses, qué historias.

El camino va hacia la charla de Kartun.

Pero ya conocí La Angelita, actualicé la relación con “Conty”, pensamos futuros cercanos, tan cercanos que este sábado 16 de agosto nos vemos en la Feria de Editoriales y librerías independientes de Junín.

Ese camino.

Con libros. Con charlas y nuevos encuentros.

Con teatro por suceder.

Llegamos a Bragado. En el viaje hablamos de sus pueblos.

Irala, O’brien, Mechita…

Entramos y llegamos hasta el hospital, ubicado como el de Lincoln. Al oeste de la ciudad. Volvemos al centro: plaza principal y edificios emblemáticos: la Municipalidad, un hogar de ancianos del 1898, el Colegio Nacional y el Centro Cultural “Florencio Constantino”. Desde la plaza, una escultura de él parece cantarle a dicho centro, hoy lugar de la Feria.

Le canta a todo Bragado.

Florencio Constantino estuvo 6 años en Bragado, tuvo 4 hijos y descubrió su vocación por el canto.

Luego siguió perfeccionando su canto y se fue a Buenos Aires, después a Italia, y luego a las óperas de Estados Unidos. Hoy, el centro cultural lleva su nombre. Aficionado y militante del partido radical de Alem e Yrigoyen, tiró un par de tiros en enfrentamientos con los conservadores. Terminó alejado de los escenarios y murió en México en una clínica psiquiátrica.

Llego a esta historia porque voy a esa feria, veo el nombre de Florencio en el Centro Cultural y en esa escultura que canta, y ahora entiendo un poco más. Busco datos en Internet y encuentro una nota de “La Voz de Bragado” titulada “De Bragado al mundo…”.

Hoy, justamente, la inauguración de la Feria estará a cargo del Coro. En esas voces unidas vive la voz de Constantino.

La voz de Kartun inunda la tardecita del noroeste pampeano.

 Dice:

“Perdemos de vista. El libro vive en la cabeza de una persona que lo ha leído”.

Habla de un apareamiento entre escritor y lector. Ese vínculo.

Podemos ser conocidos en ese pacto.

Uno lee y otra escribe; o viceversa.

Luego cuenta una anécdota de Leonardo Fabio. Su ídolo. Que su secretaria lo llamó y que Fabio quería hacer algo con él. Y que Kartun dejó pasar la ocasión y que, ahora, lo cuenta y es mito.

Algo así.

Sucede la charla. Lo vivo del teatro y de la charla. Lo coyuntural del lenguaje. Su vivenciar y todos y todas estamos en ese mar de conversación que genera el escuchar con atención, con ganas.

Dice:

“Somos lo que comemos”

¿Somos lo que leemos?

Somos.

Eso que leemos.

Esas lecturas constituyeron lo que sos.

“El primer libro no lo recuerdo, pero fue leído por mi madre”.

Dice:

“El libro como gran refugio”.

Dice:

“Leer es pasión”.

Su literatura infantil: Horacio Quiroga.

¿Qué me pide el cuerpo leer?

Por eso una biblioteca, para saciarte cuando tengas hambre de lectura.

Dice:

Afirma:

“Soy lo que leí”.

Dice:

“Todo se transforma en energía”.

 Lugares insólitos para leer.

Dice:

“Lugares como refugio”.

Lecturas como refugio de todo lo demás.

Dice:

“Valor oracular de la poesía”.

Leer, leer y leer.

Pátina del tiempo sobre algo. La marca del tiempo.

Plantea:

“Compromiso con lo que se hace”. Y “placer ser un comunicador en esto de venir a una conferencia”.

Plantea:

Buscar el cómo retroalimentar lo que uno hace.

Volverlo trabajo pasión.

“Si podés hacerlo, encontrarás el círculo vicioso”.

Con eso, y con unas preguntas con el público, termina una charla que sigue en la mente de uno.

O en este humilde texto.

Somos lo que hacemos. Y la mirada de cómo hacemos eso que nos gusta hacer.

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