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Mercedes Cattenazzi, la palabra de una crack de Bariloche que se sumó a la Primera de Rivadavia

La nueva integrante del elenco comandado por Darío Eletto llegó a su nuevo equipo con amplia experiencia en el fútbol y en el futsal. En su ciudad natal jugaba en el elenco Luna Park, conocido en la Patagonia. En ese marco, en el primer cotejo del Rojo en el Nocturno, metió tres goles y jugó con la “10” en la espalda.

En los últimos años han sido cada vez más las jugadoras que llegaron a la Liga Deportiva del Oeste procedentes de otros puntos de la región. El fenómeno puede explicarse no sólo a partir del variado calendario de competencia que existe en circunstancias normales. El atractivo que ofrece la participación de Sarmiento en AFA, la oferta deportiva que ofrece Unnoba a estudiantes que llegan a la ciudad o el conocimiento de entrenadores sobre el fútbol que se juega en otras Ligas y ciudades, como es el caso de Mariano Reynoso en Rivadavia de Junín, son sólo algunos factores que destacan a la hora de poblar nuestro fútbol.

Pero el refuerzo Made In Bariloche que sumó Rivadavia de Lincoln para disputar el torneo Nocturno 2021 es sin lugar a dudas un caso atípico, una novedad absoluta no sólo por los kilómetros de distancia que hasta diciembre del año pasado separaban a Mercedes Cattenazzi de “Las Valquirias”, sino también por haber traído con ella un amplio bagaje competitivo, tanto en el futsal como en la cancha grande, que promete dar grandes resultados futbolísticos al equipo que conduce Darío Eletto.

Habiendo defendido durante toda su carrera la camiseta de Luna Park, donde compartió equipo con la seleccionada argentina Miriam Mayorga y se habituó a cantar “dale campeón…”, el cambio llegó casi sin buscarlo, cuando decidió probar otros aires para su vida entre el calorcito y la humedad del Noroeste bonaerense. Casualmente, aunque dicen que todo pasa por algo en esta vida, encontró en “Las Valquirias” a un equipo que maneja su mismo sentido de pertenencia. Su estreno con el “10” en la espalda y un triplete en Liga Deportiva del Oeste, no hace más que probar que ya la hicieron sentir como en su casa.

-Linda presentación tuviste…

-Obvio. Era el debut. Estaba súper ansiosa. Nerviosa. Hacía muchísimo que no jugaba al fútbol por todo esto de la pandemia. Venía de estar parada mucho tiempo, que, para mí, era algo completamente atípico. Más allá de cómo se dio el partido, fue un buen debut para afianzar un montón de cosas en el equipo.

-Los equipos de Junín habían ido jugando amistosos entre sí y eso ayudó a calmar la ansiedad. Para ustedes, por la distancia, fue más difícil poder organizar. ¿Sintieron que recién en este partido terminaron de decir volvimos?

-Es así. Llegamos a este partido con muy pocos minutos de fútbol. Así que era todo aprender y acomodar cosas ahí en la cancha. Yo, cuando llegué, no conocía a nadie.

-Pero da la sensación que llegar nueva a Rivadavia hace las cosas bastante fáciles, porque es un equipo que funciona, que se conoce desde hace mucho.

-Totalmente. Además, yo ya hace más de un mes que estoy entrenando con las chicas. Tengo bastantes entrenamientos encima con ellas y eso me ayudó a conocerlas. Eso es lo que hace a la unión del equipo, porque también compartimos cosas afuera de la cancha. A mí, todo eso me encanta. Para mí es algo completamente nuevo porque nunca había jugado en otro equipo que no fuera el mío. Era todo nuevo y, la verdad, estoy súper cómoda.

-Y te revolearon con la “10”, así de una…

-Bueno… (risas). La verdad es que estoy súper agradecida. No tengo otras palabras que no sean de agradecimiento y quiero tratar de devolver esa confianza que están depositando en mí. Espero poder hacerlo con juego, con mi experiencia y con lo que traigo desde otro fútbol.

– ¿Cuánto habían hablado de los goles que tenían que hacer en el partido en relación a los que había hecho en el debut Unnoba, el equipo que va a pelear con ustedes la clasificación?

-En realidad nos enfocamos más que nada en lo que podemos llegar a hacer nosotras. Sabíamos obviamente el resultado puesto de ellas. La realidad es que es un torneo corto que da una clasificación muy angosta, entonces no te podés dar el lujo de mucho. Los goles son importantes. La realidad es que en un partido así tratás de no faltarle el respeto al rival, pero cada uno tiene que ir a hacer lo suyo. Sabíamos que teníamos que meter muchos goles, pero creo que nuestra ansiedad pasaba más por el hecho de que era nuestro primer partido que por tener en la cabeza ir a meterlos. Sí queríamos hacer un buen debut, empezar bien el torneo, que por suerte se dio de esa manera, y pensar más que nada en nosotros.

– Se notó mucho que, más allá de esa búsqueda incansable de atacar, asumieron el partido con mucha seriedad. Porque, a veces, se propone medir el respeto en base a un determinado número de goles…

– Totalmente. Yo pienso que no hay mejor forma de respetar al rival que jugando al fútbol que uno tiene. Si vos metés dos o tres goles, porque el partido te lo permite, y después empezás a tocar para atrás, a cancherear de cierta forma el partido, eso es una falta de respeto, y no atacar haciendo todo lo que se puede hacer. Creo que el rival también lo entendió de esa manera. Tengo entendido que son un equipo nuevo, que recién está empezando y lo toman de esa manera, porque van a ir aprendiendo con el correr de los partidos.

– ¿Cómo se da tu llegada desde Bariloche a Lincoln?

– Yo tengo muchas amigas acá, que en su momento vivieron en Bariloche y después se vinieron para Lincoln. Vengo con mucha frecuencia. En esta oportunidad llegué en diciembre, con ganas de quedarme. Desde lo laboral y todo es un lugar que me gusta mucho. Por el clima, por un montón de cosas, estaba con ganas de cambiar un poco. Apenas llegué tuve la oportunidad de jugar uno de esos picaditos que hay los sábados y en ese partido justo estaban jugando muchas chicas de Rivadavia. En la semana me contactaron, después me contactó el técnico Darío (Eletto) para que, si tenía ganas, ya me acerque a entrenar. Así que enseguida me puse a entrenar con ellas. Pero todo salió de ese picadito. Había llegado a Lincoln muy relajada, aunque siempre pensando en jugar porque yo estoy activa todo el año.

– ¿Pero ese plan incluía buscar sí o sí dónde jugar? ¿O si no aparecía un equipo no pasaba nada?

– Yo creo que sí. A la larga iba a terminar buscando dónde jugar. Mientras tanto se estaban dando esos picaditos de los sábados que estaba bueno jugar. Pero la realidad es que me gusta mucho la competencia; concibo el fútbol de esa manera. La verdad es que todo se dio demasiado rápido. Llegué y a las dos semanas ya me había contactado Rivadavia. Y, cuando conocí el club, me di cuenta que estaba en el lugar indicado. Yo vengo de un equipo con mucho sentido de pertenencia en Bariloche, Luna Park, por eso nunca me había puesto otra camiseta. Ese amor por los colores lo sentí en Rivadavia apenas llegué. Me hicieron sentir como en mi casa. También sentí el interés de los dirigentes, del técnico. Se movió todo muy rápido por el tema del pase. Entonces, eso fue muy lindo y me hizo sentir muy cómoda desde el minuto cero. Me siento como si estuviera en mi equipo de Bariloche, y eso, para mí, es súper importante.

– ¿Cuándo y en qué circunstancias empezaste a jugar al fútbol?

– Más o menos a los 17 años, hablando de un nivel un poco más competitivo. En ese tiempo era poco el fútbol femenino. Había muy poco fútbol. Me acuerdo que estaba en una clase de educación física del secundario y vi que estaba entrenando un equipo. Fui a hablar con el entrenador y creo que ahí empecé. Era solo futsal en ese momento. Hoy, la Liga de Bariloche es enorme. De hecho tenés en el presenta para elegir la de futsal y la de cancha grande. Podés jugar futsal y la Liga, que, en nuestro caso, es de fútbol 9 y es municipal, porque la de AFA no tiene casi fútbol 11. Se juega mucho más futsal durante el año.

– ¿Tenés mucha formación en futsal?

– No. Juego bastante en cancha grande. Pero no de 11. Cuando lo hicimos con mi equipo fue saliendo a jugar afuera. Teníamos que salir de Bariloche para jugar fútbol 11. El fútbol femenino en Bariloche ya está muy avanzado en canchas, en todo. Entonces, se debería haber hecho hace muchísimo un fútbol 11. Y, después, sí, durante el invierno por lo menos cuatro meses jugás futsal. Ésa es la Liga de AFA.

– Acá no se juega tanto, más allá que hay torneo oficial de Liga, la formación es en el pasto…

– Es verdad. Pero en Bariloche también en bastante reciente el futsal tomado en serio, con Liga y torneos nacionales, federales. Se está trabajando muy bien. De hecho, se hicieron Nacionales en Bariloche a los que fueron a jugar Pinocho, Boca… Los equipos bien grandes de AFA. Al llevar esos equipos también se dio la posibilidad de que crezca mucho, porque tienen un contacto permanente con el futsal de AFA. Es algo que está bueno para ir incorporando en diferentes lugares, porque te da otra forma de jugar. Es totalmente distinto, pero es muy técnico, muy pensante. Entonces, llevar eso al fútbol 11 ayuda un montón.

– ¿Sos consumidora de fútbol femenino?

– No tanto. Ahora que estaba jugando la Selección Argentina, lo iba siguiendo, pero no he mirado tantos partidos. Aunque sí miro mucho fútbol.

– Hay una representante de Bariloche en Selección Argentina…

– Miriam Mayorga; era de mi equipo. Ella se fue hace ocho años de Bariloche. La vieron cuando fuimos a jugar un torneo en Jacobacci, al que justo fue Diego Guacci (entrenador de la Selección Argentina Sub-15 y Sub-17) que estaba en UAI Urquiza y era padrino del fútbol de Jacobacci. Ahí jugamos un torneo de 11 y la vieron a Miriam. Pero salió de Luna Park. Es un club bastante conocido en la Patagonia. Un club grande de la zona.

– ¿Tiene estructura de formativas o en femenino ya arrancan de más grandes?

– No, porque el femenino lo armamos después. Ellos sí como club tienen todas las categorías formativas del masculino, pero en femenino, sólo Primera División. Debería hacerse, porque somos un equipo grande en edad. Ahora se están incorporando muchas chicas nuevas por lo que tengo entendido, pero fue como una época dorada y ahora ya estamos todas un poco pasadas en edad.

– Es que si no se activan las inferiores en el femenino, es imposible…

-Totalmente. Ahí está la base. En las formativas, en que las nenas cada vez más pronto salgan a la cancha y tengan la posibilidad de tener profesores, maestros y ya desde chiquitas empiecen a respirar fútbol. Me parece que es lo que está pasando y faltando en la Selección Argentina. Es la diferencia abismal que tenemos contra potencias como Estados Unidos. Ahí tienen chicas que vienen formándose desde los 6 años. Y acá una jugadora termina de trabajar 12 horas y tiene que ir a un entrenamiento doble turno. Todavía nos falta muchísimo para llegar ahí.

– Y una vez que se empiece, los resultados no se van a notar hasta pasados diez años, por eso la urgencia de arrancar ya.

-Pero, además, si vos ves un partido de esos, ya viendo los físicos te das cuenta. El cuerpo de la mujer obviamente que es muy diferente que el del hombre, pero si vos ves una selección como la de Estados Unidos, te vas a encontrar con jugadoras en una altura muy equilibrada, que se ven enormes, y con físicos que son muy parecidos entre sí. Entonces, ya están preparadas como futbolistas. Otra cosa que nos pasa todavía acá es una final como la que vimos hace muy poco entre Boca y River. Ver hoy un partido por televisión, una final de esa magnitud y que salga 7-0 todavía habla de algo. Todavía se ven muchas diferencias y hoy, en una Primera División, tenés equipos que ganan 9-0 o 12-0. Todavía no hay un equilibrio. Falta mucha competencia y aún hay mucha diferencia física y competitiva para que sea todavía más atractivo el fútbol femenino.

– Lo curioso es que en esa final se dio una contradicción entro dos cosas muy importantes. Una es la importancia de la apuesta económica, que es lo que hizo Boca al invertir en fichajes para poder tener en lo inmediato el mejor equipo de Argentina. La otra es el trabajo largo que está haciendo River, que tiene las mejores formativas. Hoy le toca perder 7-0 una final, pero capaz va a emparejar dentro de unos años y ganar plata en lugar de gastar.

– Totalmente. Pero todo eso lo que genera es que, a nivel atractivo, a los ojos de la sociedad, todavía el fútbol femenino esté un escalón abajo. A pesar de todo eso, vamos por muy buen camino. A mí me hubiera gustado, cuando tenía la edad, haber tenido esas posibilidades. Yo soy profesora de fútbol femenino y tengo todas las categorías formativas. Yo a mis jugadoras siempre les hablé mucho de esto. Les digo: “Hoy, ustedes tienen un abanico de posibilidades que nosotras no tuvimos. Entonces aprovéchenlo, porque en unos años más va a ser más importante todavía”. Lejos de amargarme, porque en mi momento todo esto no existía, porque nosotras hemos ido como Selección de Bariloche a jugar contra River, Rosario Central, Belgrano de Córdoba… Y era lo mismo que nada en ese momento. Hoy las cosas son diferentes y está buenísimo. Creo que crece despacito, pero crece. En unos años va a dar que hablar.

– En algún punto el fútbol termina siendo injusto con ustedes que abrieron las puertas, pero no pueden terminar de aprovechar lo que eso generó. Sin embargo, todas lo asumen con mucha satisfacción de haberlo hecho para otras.

-Totalmente. Me acuerdo que cuando yo era más chica, mi abuela quería llevarme a toda costa a probarme a River. Pero la realidad es que te tenías que pagar todo vos. Era un gasto muy grande. Entonces, se te va pasando y te vas dando cuenta que también estaba jugando a un nivel bastante competitivo en Bariloche y, en ese momento, no tuve esa necesidad de decir “quiero llegar a Primera División”. Hoy, obviamente ya me divierto en el fútbol; estoy en otro plano. Pero en ese momento creo que tampoco me pasó, porque tampoco era algo extraordinario. Hoy, sí entiendo, porque estoy bastante cerca de “Mari” Costa, que tiene una posibilidad muy grande, porque tiene muchísimas capacidades y porque están ahí a la vista. Ojalá que se le dé, tanto a ella como a otras chicas. Está buenísimo que sea así.

– Volviendo a la importancia de las inferiores, en Rivadavia juntan mucho a las más chiquitas con la Primera División. ¿Qué te genera recibirlas a entrenar con ustedes?

– Es magnífico. Justo anoche (jueves a la noche) y estuve con “Cami”, que tiene 14 años. Ellas están ahí, te miran, aprenden. Está muy bueno ese roce. Creo que nos ayuda a nosotras porque nos convierte en ejemplo y a ellas para aprender. Es muy lindo. Obviamente que para la parte competitiva pueden quedar un poco al margen, pero, a nivel entrenamiento y del día a día, me parece maravilloso. Lo vemos de esa manera y creo que todas ayudamos a que crezcan. De todas formas, todas mis compañeras son chicas… Yo podría ser la abuela de todas (risas). Así que me divierto mucho. Es un plantel súper joven y yo, en Bariloche, vengo de un plantel muy experimentado.

– En ese plano, le viniste bárbaro a Rivadavia…

-Bueno, yo trato de aportar eso. Estuve en el lugar de ellas, por eso, a veces, cuando estamos entrenando o compitiendo, trato de calmar esa ansiedad, de poner una pausa al partido. Al juego, al pase, a los momentos. Es difícil, porque yo a mi edad todavía me sigo poniendo ansiosa y me sigo poniendo nerviosa como me pasó el otro día en el debut. Porque vivo el fútbol de una manera totalmente apasionada. Aunque, a la hora de jugar, te das cuenta que tenés esa experiencia, pero también que estuviste del otro lado. Y está buenísimo.

Fuente de información y fotos: junin24.com

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