El Linqueño se vuelve cada vez más grande

Logros deportivos, disciplinas reavivadas, obras de gran magnitud en marcha y otras consumadas, y la evidencia ostensible de una gran familia mancomunada. Eso es lo que denota hoy el CAEL, que, con su nueva Comisión Directiva, encabezada por Ramiro Cañón, ha hallado un camino sólido de armonía y trabajo colectivo evolutivo.

Desde que entró la nueva Comisión Directiva de El Linqueño, comandada por Ramiro Cañón, la entidad albiazul ha tomado rasgos particulares, producto del estilo de trabajo que están proponiendo, desde su llegada, quienes accedieron al comando de esta prestigiosa entidad de Lincoln.

Hace ya dos años, el cuerpo dirigencial actual del CAEL ha realizado cambios ostensibles en todas las facetas de la institución. Así, lo que de entrada comenzó a verse en esta nueva gestión, fue una forma de mancomunión diferente. Conscientes de que había que forjar la unión de la Comisión y de todas las subcomisiones deportivas para hacer un solo cuerpo de fuerza, comenzaron a llevar a cabo esa difícil tarea. Y ya al poco tiempo de iniciada la nueva asunción formal, el CAEL empezó a evidenciar un trabajo colectivo que pocas veces se ha visto en su historia.

A partir de ese hilo conductor pensado con sagacidad y humildad por los flamantes dirigentes, las diferentes disciplinas comenzaron a moverse con mucho más dinámica. De ese modo, inspirados en poner al Albiazul en su mejor versión, el tenis, el rugby, el básquet el hockey, el fútbol y la gimnasia artística iniciaron un proceso de consolidación que en el presente se observa a las claras. Cualquiera que se informe un poco sobre lo que está pasando en El Linqueño podrá, inmediatamente, ver un club realmente aggiornado y en un camino de crecimiento que no tiene precedentes. Y todo hecho en un momento del país donde las instituciones deportivas no la estaban ni la están pasando bien.

En ese contexto, con esta fuerza magistral aplicada por todas las patas del club, los logros deportivos en general, además de haberse reavivado disciplinas que se encontraban un tanto estancadas, comenzaron a hacerse continuos, y en todos sus ámbitos, una arista que se ha repetido de manera marcada desde la asunción de este nuevo proceso de conducción. Eso no quiere decir que la Comisión Directiva anterior haya trabajado mal. Lo que sucede es que este nuevo comando ha propuesto una movilización institucional inusitada. Y no solamente en lo deportivo, ya que, en lo material, se han incorporado elementos para las diferentes actividades de todo tipo, citando como punto tal vez más valorable el de un colectivo Mercedes Benz modelo 2005, el cual ha generado la posibilidad de encuadrar la dinámica de las variadas actividades de las distintas disciplinas en un andamiaje mucho más versátil y utilitario para la evolución en relación a los intercambios con otras instituciones y para el crecimiento en las competencias formales y recreativas.

Sumado a ello, con la gran humildad de su presidente como estandarte, de los futbolistas y de los cuerpos técnicos que comenzaron en esta gestión y los que se encuentran hoy, encabezados por Julio Ramírez, El Linqueño hizo torneos futbolísticos de gran prestigio, nombrando como el más valioso, el de la campaña del Torneo Regional Federal Amateur 2019, en el que llegó, con estilo y jerarquía, hasta las instancias cruciales.

Sobre lo edilicio, son muchísimas las obras que han reformado a la entidad. Hasta parece otra. En ese contexto, se mejoró la cancha, se arregló el sistema de riego, se compró un tractor, se reparó la voz del estadio, se hicieron baños nuevos, parrillas, y una serie de incontables cantidades de arreglos que le han dado al CAEL un toque de distinción bien profesional. Además, en el marco de una magaobra, en el presente, la Comisión Directiva está terminando labores que son de real importancia para la institución en todos sus puntos. Es que, de la mano de un gran trabajo de los dirigentes, de agrupaciones colaboradoras, como la Peña “6 de junio” y la Subcomisión del Hincha, además de personas allegadas al club y abnegados anónimos, hoy se está realizando el hospedaje arriba del salón del tenis (que se ha reparado a nuevo), con la colocación del piso, la conclusión de los vestuarios y el armado del cielorraso. Además, ya en su etapa de culminación, también se está poniendo la cerámica en el merendero “Leoncitos Azules”, un espacio que servirá para darles a los chicos y a al grupo que lleva adelante este increíble proyecto, su casa propia. En tanto, se ha proyectado un salón-cantina que se halla en su etapa de finalización, contexto en el que, en este momento, se está haciendo el revoque. Sumado a todas estas labores, también se concluye con el revoque de los baños detrás de los vestuarios.

Además, a todas estas iniciativas hay que agregarle el cerramiento de los laterales del club, contexto en el que, uno de ellos, el que da al acceso García Tuñón, ya se ha terminado. Y resta hacerse el que se encuentra enfrente del barrio FONAVI. En ese sentido, en este programa último, planeado en tres etapas y anunciado por Cañón en la cena del 104 aniversario de la entidad, que fue una de las mejores de la historia por su organización y puesta en escena, también se hará la entrada principal del club con una secretaría, un acceso vehicular y una peatonal.

Por último, sin omitir otra gran labor, en la sede céntrica se arregló su secretaría y se pintó el frente por completo, lo que le ha dado una nueva cara a este tradicional espacio de Lincoln.

Todas estas circunstancias deportivas, edilicias, institucionales y de mancomunión evidente, hacen que El Linqueño se vea hoy como muy pocas veces se ha observado en sus 104 años de historia. En ese marco, esa unión se vio reflejada también en el festival de cierre de este año, llevado a cabo hace muy poco tiempo, un evento que se hizo por primera vez en el tiempo de vida que lleva el Albiazul, un encuentro emocionante en el que todas los deportistas, profesores y público en general se juntaron para festejar el gran momento por el que está pasando este gran club de Lincoln.