Conrado Solana: talento, pasión, disciplina y futuro
Este joven basquetbolista de Lincoln, con tan sólo 17 años, ya hace tres que juega en la Primera, en donde es uno de los pilares de esa escuadra en CAVUL. Y lo es debido a sus excelsas virtudes, al amor y pasión que tiene por esta disciplina y por su fanatismo con el entrenamiento. Entrevista a uno de los mejores del baloncesto hoy por hoy de nuestra ciudad, ésa es la propuesta a continuación: conocer un poco más a un tocado con la vara mágica, a un pequeño enorme con incuestionable talento. Pase y lea.
Con tan sólo 17 años, Conrado Solana es, por hoy, no sólo uno de los mejores jugadores de básquet de CAVUL, sino del Distrito entero. Desde los 14 años viene jugando en Primera División, con la responsabilidad en el presente de ser uno de los ejes del elenco mayor dirigido por Eduardo “papón” Freston, campeón el año pasado del Apertura y merecedor, por eso, de la final del año, que la perdió con El Linqueño, en una saga de partidos que quedará para la historia del básquet de Lincoln. Y en ella también estuvo el mágico pibe Solana, quien, para llegar a ser uno de los maestros de ese elenco, entrena diariamente casi cinco horas, además de tener un gran talento, revestido por las virtudes de la intensidad deportiva, de su gran dinámica, de su inteligencia superior a la hora de definir jugadas, por su seguridad en el momento de ponerse el equipo al hombro, y por su amor y pasión por esta disciplina.
Son éstas sólo algunas de las cualidades que tiene uno de los basquetbolistas más prometedores hoy por hoy de nuestra ciudad. Es por eso que, desde “Corazón Amateur”, lo entrevistamos, con la inquietud de saber qué hay en la mente de un poderoso como estos, qué se gesta en su pensamiento para, desde tan chico, ser un destacado entre los más experimentados del baloncesto local, lo que lo pone en perspectiva para llegar muy lejos.
En ese marco, con gran gentileza, Conrado respondió a muchas preguntas, todas ellas relacionadas con su formación, con su entrenamiento, con sus expectativas dentro del “Vago” en el presente y las que tiene a futuro, en el marco de una nota que busca poner en evidencia lo grande que son a veces los pequeños. En muy pocas ocasiones se ve un deportista tan joven evidenciar semejantes virtudes. Pasión, temperamento y talento nato es lo que posee este joven. Pase y lea qué hay en la cabeza de un tocado de estas dimensiones.
1- El recorrido que has hecho por CAVUL viene desde Cebollita. ¿Que representa ese largo camino formativo en vos?
– La verdad que fue un camino muy lindo y entretenido, el cual me dejó muchas cosas para el futuro y también grandes amistades. Y son ellas las primeras que hacés, junto a chicos con los que te juntás a esa edad, con los que pasás mucho tiempo. Es un momento muy lindo y que despierta nostalgia porque siempre te dan ganas de volver, y más cuando ves una foto de esos tiempos. Allí decís: “Qué ganas de poder volver a estar en esa época”, pero, bueno, creo que en todo ese camino formativo vas viendo cómo entrenan los más grandes en Primera, que en mi tiempo de Cebollita tenía muy buen equipo. Observar todo el show que había, toda la competencia… Y eso te motivaba mucho para poder formarte con la idea de saber que podés llegar a esa categoría.
2- En esa formación, ¿cuáles fueron los técnicos que más te marcaron?
– Yo, desde chico, desde Cebollita a Sub-14, tuve como director técnico a “Pitu” Rocha. Y mantuve una muy buena relación con él por lo buena persona que es. El trato que tenía no sólo conmigo sino con todos los demás jugadores a su cargo, era muy bueno. Además, me marcó mucho porque él nos hizo entender lo que es el básquet y la intensidad que hay dentro de la disciplina, como así también a ser buenos compañeros, teniendo en cuenta que, cuando sos chicos, tenés momentos de capricho y egoísmo. En ese sentido, a la larga, te das cuenta todo lo que sirven esos conceptos.
3- ¿Qué significó para vos llegar a jugar en Primera División? ¿Qué sentiste el día que te dijeron que tenías que debutar en esa categoría de privilegio?
– Fue una experiencia muy linda, y te genera muchas preguntas cuando vas a jugar o cuando querés destacarte en esa categoría, ya que es muy distinta a las demás. Ya tenés que pensar muchas otras cosas. O sea, no es lo mismo jugar en una divisional menor que hacerlo en Primera, sabiendo que tenés que tomar ciertas decisiones que en tu categoría más chica, cuando lo hacías, no pasaba nada. Tenés que ver y pensar mucho las decisiones que debés tomar. En tanto, el día que me dijeron que debutaba en la Primera fue muy lindo. Siendo tan chico que te digan eso y todos los momentos que pasás, desde que te pelan a los primeros aplausos, aunque entres dos minutos a la cancha, es algo que siempre recordás.
4 – ¿Cómo es el entrenamiento en la categoría mayor entre los jugadores experimentados y ustedes los juveniles, que son varios?
– Nosotros, después de jugar la gran final con El Linqueño, el 27 de diciembre, ya el 3 de enero arrancamos a entrenar en Primera con la Sub-17. Y, desde ese momento, lo hicimos todo ese mes. Luego, en febrero, se sumaron los chicos provenientes de Junín (en condición de refuerzos) y eso fue muy lindo, ya que, por un lado, se evidencia la experiencia que todos los de Primera tienen y, por el otro, la intensidad que manejamos nosotros los más chicos. Y eso es algo que potencia al equipo. En ese sentido, por ahí hacemos encuentros entre Sub-17 y Sub-19 con la Primera, y salen partidos muy entretenidos y picantes, con muchos duelos internos. Duelos sanos, obviamente.
5- ¿Qué sensaciones te despierta que el equipo de Primera dependa muchas veces de vos en su jugo protagónico? ¿Te pesa esa responsabilidad o la asumís naturalmente?
– Son sensaciones muy positivas. Me pone contento que el equipo dependa de algunas de mis acciones o, a veces, de mi juego, de cómo esté yo en determinados momentos, debido que para eso entreno, para dar una mano. Y más que nada cuando la necesitan. En relación a la responsabilidad, obvio que pesa, porque si el equipo depende de vos y algo te sale mal, eso puede costar una derrota. De todos modos, me gusta asumirla; yo creo que puedo hacerlo. Y, como te decía, para eso entreno, para que confíen en mí. En definitiva, creo que la asumo naturalmente si tengo que hacerlo, pero no deja de pesar un poco.
6- Tenés por delante la posibilidad de estudiar y jugar al básquet. ¿Cómo dividís los tiempos en estos dos espacios tan importante para tu vida?
– Las dos cosas se pueden hacer a la vez mientras estén organizadas. Obviamente que siempre va a haber una prioridad, si es que alguna vez tengo que elegir. De todos modos, como te decía, si te organizás bien, se pueden hacer tranquilamente las dos cosas.
7- ¿Entrenás alrededor de cinco horas por día. ¿De dónde sale semejante conducta y entusiasmo?
– Pienso que cada chico que realiza un deporte se va a entrenar lo necesario para llegar al nivel que quiera. A mí me gusta practicar mucho. Disfruto de eso, aunque lo que más me gusta es que, cada vez que entrenó, tomo más confianza. En ese sentido, cuanto más practico, más confiado me siento. Y eso me motiva mucho. Mientras más confiado estoy, más cómodo me siento en la cancha.
8- ¿Qué significa para un joven como vos tener de instructor a Eduardo “papón” Freston? ¿Qué podés contarnos en relación a sus virtudes?
– “Papón”, desde que llegó, desde que volvió a CAVUL, nos ayudó mucho a todos. En ese marco, en las formativas nos otorgó la posibilidad de desarrollar un juego simple y efectivo, que es el que seguimos usando y el que nos da muchos resultados. Además nos hizo entrenar de manera más exigente a cómo lo hacíamos antes. A su vez, creo que su virtud es, más allá de tener gran experiencia, saber qué rol puede cumplir cada jugador y por los momentos que está pasando. Es una alegría que podemos tenerlo nosotros.
9- ¿Cuál es tu jugador referente en la Primera de CAVUL?
– Al que más he sentido como referente es al “Vasco” (Arrascaete), de quien, la verdad, he aprendido mucho por la forma que tiene de jugar, por su trato a la hora de corregir las acciones de juego. Lo mismo me ha pasado con Aimar Chemile, de aprender de su experiencia en el juego y de cómo entendía en ciertos momentos de partido qué hay que hacer. Además, él siempre está corrigiéndonos algo, ayudándonos. También tengo como referente a “Juanqui” Eder, un basquetbolista al que le encanta el trabajo individual y que siempre está con nosotros, con los que por ahí queremos hacer algo más. Él sabe mucho de ejercicios individuales, de técnica, así que esos son los referentes para mí.
10- ¿Y cuáles son los basquetbolistas que admirás tanto en lo nacional como en lo internacional? ¿Sos de mirar mucho básquet por TV o mediante soportes digitales?
– A nivel nacional, me gusta Facundo Campazzo (base que juega en el Real Madrid, en la Liga ACB). La verdad es que ese jugador me atrae mucho por la intensidad que tiene. Y, en el ámbito internacional, me encanta Lebrón James (Los Ángeles Lakers. NBA), a quien admiro mucho. En relación a si miro básquet en vivo en la televisión, la verdad que no. NBA y ACB no la pasan por la TV y, por eso, no las puedo ver. Respecto a la NBA, no me gusta mucho ver la temporada regular, así que miro Liga, algunos partidos en vivo. En tanto, en soportes digitales veo de todo.
11– ¿Qué expectativas tenés para este año deportivo, con dos torneos locales por jugar y también un Provincial de Clubes?
– Las expectativas eran muy buenas. Antes de que sucediera el tema del coronavirus, al equipo se lo veía muy bien, en muy buen estado y muy competitivo, pero este problema hizo que nos desmotiváramos un poco porque nos encontrábamos de buena forma, por lo menos para mí, aunque no sé qué se hará con el torneo Apertura, pero, de cara al Clausura y el Provincial de Clubes (si se inician), las expectativas son muy buenas. Vamos a tener tiempo de volver a estar como estábamos, y de sumar, a su vez, a un refuerzo que faltaba, así que, si la pandemia se detiene un poco y se pueden reanudar por lo menos del Clausura y el Provincial, creo que va a ser un muy buen año para nosotros.
12- ¿Qué conclusión sacás del gran 2019 que tuvo el “Vago”, con un campeonato ganado y una final del año enfrentando nada más y nada menos que a El Linqueño?
– La conclusión que saco del 2019 es muy buena, ya que pudimos formar un equipo en medio año muy firme, además de haber salido campeones del Apertura. Tras ese paso tuvimos la baja del “Vasco” (Bautista Arrascaete, que se fue a jugar a Ciclista para ser parte del plantel que incursiona en la Liga Nacional de Básquet), quien generaba mucho juego y tenía un gran poderío. De todos modos seguimos jugando en un muy buen nivel, hasta que llegó la gran final (del año) ante El Linqueño, instancia deportiva en la que propusimos un buen juego, aunque nos faltó un poquito más para quedarnos con esa contienda especial. De todas maneras fue un año muy positivo.
-13 ¿Qué significa CAVUL para vos?
– Para mí, CAVUL es el lugar donde pasé los más lindos momentos, tanto de mi infancia como los de ahora. Allí hice las mayores amistades que tengo, además de haber pasado los momentos deportivos más importantes, así que siempre voy a estar muy agradecido con el club.