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Se puso en marcha, a todo vapor, “Cuando no pasa el tren”, sexta edición

“Cierras todos los casilleros. Hay gente que registra, otra que canta, otra que observa. Hay libertad”. Así me dijo un amigo, un amigo hermano de apellido Fonda. Se estaba refiriendo a la movida de la sexta edición de “Cuando no pasa el tren”. Y tiene razón. En un modo preciso de belleza, desde las 17:00 horas y hasta la noche de ayer, el evento multiartístico autogestionado, que reúne este fin de semana a artistas, exposiciones y feria de artesanos, organizado por “Tura Urb, cultura urbana”, fue todo un éxito en su primera jornada.

Desde la tarde, con el pasto poblado de gente alegre, atenta y cómoda, se propuso afuera del bar “Tormo”, con el sonido magnífico del “Negro” Arcos, un extraordinario momento de maestría musical, de mancomunión y escena grande local. Y, en ese marco, estuvieron mostrando lo que tienen para dar el dúo Clart-Bertinat; Ruta 68, Braian Rap; Ludovico Fonda; más poesía de Ezequiel Tujague, el dúo de Brasil, Urtikaria; y un cortometraje de Paula Cannavó titulado “Momentos de primavera en Lincoln”.

Todas estas presentaciones redondearon una tarde-noche con la evidencia de una trama de arte colectivo local y zonal que sirve como escenario para mostrar lo que tienen para ofrecer las invenciones de nuestros artistas, que pocos lugares encuentran para mostrar sus ideas.

Verde, sol, guitarras, poemas, libros, remeras pintadas, los pinceles en mantas de Coperchio, mesas adornando la escena con gente calma, perros y niños, mate y cerveza de verano, artesanías y aromas, banderas sin símbolos de partidos políticos, luz de la buena, humana y de la naturaleza, conjugadas de manera magistral. Fueron esos algunos de los detalles que arrojó esta movida en su primera jornada, que tendrá hoy, en el mismo lugar, las participaciones protagónicas de Meztiso (17:00 horas); Los Diablos (18:00); Elipsis (18:15); Perro Flaco (19:00); poesía por Valentín Jáureghi (20:00); y Mono Turbio (20:30).

“Cierran todos los casilleros”, dijo Fonda. Y hoy pasará igual.   

OTROS DETALLES NO MENORES

En el principio de la organización, Jeremías, un niño de nueve años que había llegado al lugar sólo, se acercó al escenario y, en un acto mágico, consiguió hacer contacto con la batería, permitido por los organizadores. Fue entonces que, con la hidalguía de los primeros bateristas que habían arribado al lugar, el niño entró en contacto por primera vez con un instrumento de esas características, lo que despertó en él una sensación de pura felicidad, una cualidad que solo pueden manifestar, de manera limpia y completa, los chicos.

También se apoyó a las veintiún familias del “Mendicrim” que están luchando por sostener sus fuentes de trabajo, una circunstancia que, por la pelea de esta gente, ya ha llegado al Congreso nacional.

FOTOS: GENTILEZA DE “CONTY” ARCOS Y ELISA VICONDO.

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