Uvilla comienza a dar que hablar a puro carácter, a puro convencimiento
De a poco, la historia deportiva de Tomás Uvilla va tomando forma de heroica o, como mínimo, de valiente. Es que este joven categoría 2000, formado en Rivadavia de Lincoln, luego de haber demostrado sus cualidades por años en el Rojo, había ido a probarse a Gimnasia y Esgrima de La Plata y había quedado ya para volver en enero a hacer directamente la pretemporada en Cuarta, en lo que había sido una noticia realmente importante para el fútbol de nuestro Distrito. Sin embargo, cuando había ido a hacer la pretemporada, se había encontrado con otra inesperada prueba instancia en la que, tras muchos días de esfuerzo, dedicación, fortaleza y evidencia de carácter, confundido, obviamente, por las circunstancias, finalmente no había quedado, en un hecho todavía, para este medio, injusto e inentendible.
Aunque eso no había frenado al “Chepi” en su convencimiento y espíritu deportivo. Es que, sólo en La Plata, esperando comenzar sus estudios de Nutrición (curso de ingreso), sabiendo que se iba a perder de jugar el Regional 2020 con el club de sus amores por esta circunstancia académica, le había salido una nueva prueba que le había conseguido su representante en un nuevo club de importancia en La Plata: Villa San Carlos de Berisso. En ese contexto, humilde pero con el triple de convicciones, Tomás, consolidado su fortaleza, había ido a probarse allí con la esperanza de quedar en ese equipo para poder continuar con su carrera deportiva a la par de la facultativa, y lo había logrado hace apenas unos días, instancia en la que había quedado en Cuarta División, luego de haber sido confirmado para quedarse en ese plantel por el propio director técnico del elenco platense. Las convicciones habían funcionado.
Tras esa victoria de personalidad, teniendo en cuenta que viene entrenando con la responsabilidad de los grandes, ayer había tenido un amistoso con Cuarta y, luego del partido, inmediatamente, por sus cualidades, había sido convocado para jugar hoy otro encuentro informal en Reserva. Increíble, en un par de días había saltado de una categoría a la otra. Pero lo distintivo no había terminado allí. Es que, en ese último amistoso, que Villa San Carlos jugó ante la Primera de Adip de La Plata, el delantero crack entró en el segundo tiempo y, para sorpresa de todos, no seguramente para los que lo habían convocado, metió uno de los dos goles con los que la escuadra de Berisso terminó ganándole a la de Adip.
Así, con una demostración increíble de fe en sí mismo, Uvilla no sólo superó el golpe que había sufrido en el “Lobo”, una circunstancia inentendible para un joven que ya había sido confirmado para hacer la pretemporada, sino que, con su especial convencimiento, ahora empezó a pisar fuerte en un club que milita en la B Metropolitana, en donde, sin dudas, seguirá avanzando no sólo por sus virtudes como deportista, sino por su amor propio, por su fuerza mental, por entender que todo lo que había hecho desde pibe en Rivadavia, a puro esfuerzo y corazón, no podía quedar en la nada. Eso hace la fortaleza, el hecho de no bajar los brazos, elementos de la vida que Tomás, con su corta edad, ya entiende bien. Y, por eso hoy, cuando tenía que estar entrenando con la Cuarta, estaba jugando en Reserva, y metiéndole goles a un elenco de Primera bien constituido, que milita en la Liga platense y que tiene muchos años de historia y experiencia deportiva. Habrá que ver ahora si vemos a Tomás en la Cuarta o en la Reserva de su nuevo club, categorías que comenzarán sus competencias formales, una en abril y la otra en marzo.
Son éstas las hermosas historias que valen la pena contar cuando enaltecen a nuestro Distrito, cuando la formación que recibe un jugador que ha pasado por muchos directores técnicos y cuidados institucionales de nuestra Partido, sumados a su educación personal, arrojan estos resultados de valentía y potencia mental. Todo un logro es el que está consiguiendo Uvilla. Para quienes lo conocen, no se esperaba menos de él.