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Vacunas contra el coronavirus: qué tipos de desinformaciones circulan

En los últimos meses se han identificado y verificado publicaciones falsas que hacen referencia a la composición de la vacuna, que indican, entre otras cosas, que están elaboradas con fetos abortados y/o contienen microchips o metales pesados. También circulan desinformaciones sobre el funcionamiento de las vacunas con ARN mensajero, y los supuestos efectos adversos de la vacunación en general. Como en otros países, en la Argentina también se difundieron versiones incorrectas sobre la gestión de las campañas de inoculación.

Más de un año después de que la Organización Mundial de la Salud declarara a la COVID-19 como una pandemia mundial, las desinformaciones sobre la enfermedad siguen circulando. En los últimos meses, cuando se lanzaron campañas de vacunación contra el coronavirus en muchos países del mundo, incluida la Argentina, también se difundieron contenidos erróneos sobre las vacunas.

El medio “Chequeado”, que evidencia rigor periodístico en todas sus notas, ha identificado y verificado desinformaciones sobre la composición y el funcionamiento de la vacuna, sus supuestos efectos adversos y la gestión de las campañas de inoculación. A continuación, te presentamos estas categorías de desinformación para que, al conocerlas, estés más preparado o preparada para enfrentar este tipo de desinformaciones y a las personas que las promueven.

La composición de la vacuna

Con las vacunas contra el COVID-19 resurgió una desinformación que se aplica a todas las vacunas en general: el mito de que son elaboradas con fetos abortados. Esto es falso.

Las vacunas contra la hepatitis A, rubéola, varicela, herpes zóster y rabia, entre otras, tienen “líneas celulares MRC-5 y WI-38, ambas compuestas por fibroblastos tomados de pulmón de feto humano”, según informó la ANMAT a un pedido de acceso a la información.

Sin embargo, eso no significa que todas las vacunas fabricadas con esa línea celular tengan células de fetos abortados. “Una línea celular humana se originó con células humanas en algún momento, pero las células de una línea celular que se usan hoy en un laboratorio son hijas de otras que estuvieron en un laboratorio. O sea que no se usan ‘fetos’ para hacer estas vacunas, sino líneas celulares que sí provinieron una vez de un feto”, señaló Guadalupe Nogués, doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y experta en la discusión pública sobre vacunas.

También circulan versiones que afirman que las vacunas tienen “microchips”, que permitirían controlar a las personas, o que contienen “metales pesados” que atraen imanes. En ambos casos, las versiones son falsas y no tienen respaldo en la evidencia científica disponible.

En cuanto a los videos de personas con imanes pegados en los brazos, es probable que se trate de una adhesión provocada por la humedad. Según indicaron especialistas, se necesitaría introducir un gran trozo de material magnético debajo de la piel para lograr una imantación como esta.

El funcionamiento de la vacuna

Por su parte, se repitieron distintas versiones que indican que las vacunas con tecnología de ARN mensajero “modifican el ADN”.

Una de estas desinformaciones ponía esa teoría en boca del director médico de Moderna, una de las empresas que produce una vacuna contra el COVID-19 con esta tecnología. No solo el directivo no dijo esto, sino que aseguró todo lo contrario: para alterar el ADN, la vacuna con ARN mensajero “necesitaría acceder al núcleo celular y atravesar un proceso de transcripción inversa”; y no se dan las condiciones para que eso suceda.

Esta falsedad también ha sido difundida por la médica Chinda Brandolino, referente de la organización “Médicos por la Verdad”, un grupo que se dedica a difundir desinformaciones sobre la pandemia y el coronavirus.

En una línea similar, en Perú circularon publicaciones que indicaban que las vacunas con ARN mensajero eran “transgénicas” y que “degeneran el ADN”. Esto también es falso y fue verificado por La República, uno de los medios chequeadores de la región que participan de LatamChequea Vacunas.

Los supuestos efectos adversos

Circularon desinformaciones que indicaban que una enfermera del Ejército y un médico de la Policía Federal habían muerto después de ser vacunados. Esto es falso: los 2 fallecieron, pero ninguno había sido inoculado contra la COVID-19.

Por su parte, en Twitter una usuaria aseguró que después de ser vacunada con la Sputnik V sufrió “reacciones en la piel, fuerte dolor de cabeza y malestar estomacal”.  Sin embargo, la imagen que acompañaba al mensaje circula en internet desde por lo menos 2012; y la propia cuenta de Twitter borró el mensaje, reconoció que se trató de una desinformación y dijo que lo hizo como parte de un “experimento social”.

La gestión y distribución de la vacuna

Circularon varias desinformaciones que buscaban demostrar que la vacunación contra el COVID-19 es un engaño. Videos recortados indicaban que una mujer fue vacunada “sin aguja”, algo similar se quiso transmitir sobre las vacunaciones de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y la estadounidense Kamala Harris.

En referencia al ámbito local, en febrero último se aseguró que la Provincia de Buenos Aires había vacunado a todo el personal de salud de su Distrito, cuando eso no era así, de acuerdo con datos oficiales.

Por su parte, también circuló un video de una localidad de la India en la que supuestamente se puede ver que “aldeanos expulsan a pedradas a escuadrones de vacunación tras ver la correlación entre el aumento de vacunados y el aumento de muertos”. Sin embargo, las imágenes corresponden a un grupo de personas atacando a la policía local por intentar desarticular una reunión masiva que violaba los protocolos sanitarios.

Fuente: chequeado.com

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