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Escritores linqueñxs: José Luis Larroca: “Arquitectura existencial”

A veces, los tiempos de encierro premeditados representan pequeñas introspecciones que terminan en pozos o cantos. O en una epidemia de revelaciones por jerarquía de enfrentamiento con uno mismo. Algo poco fácil. Las cárceles o los distanciamientos desde uno arremeten como un pájaro para quien puede tomar conciencia del valor de las esencias. José Luis Larroca, en este poema y en todos os que ha escrito, y en los que escribirá, se debate dentro de él mismo, con una adarga de flores y otra de espanto (a veces evitable), con la noble capacidad de los que pelean para encontrarse, ya sea en la cuerva oscuridad o en la pasajera luminosidad.

En esta ocasión, con un poco de suerte, “Corazón Amateur” a podido acceder a un poema inédito de este escritor linqueño de estilo propio, un estilo que no sólo ovula arcoíris, sino también terraplenes donde uno se arrastra hacia una luz posible. Siempre, Larroca -con un libro ya publicado en el año 2017, “Algunos días”, de la editorial “Peces de Ciudad”- está dando que hablar, y lo hará siempre para los que ocupamos el presente, y también para los que vendrán. De eso, para quienes conocen un poco de historia de la poesía, no hay dudas. Larroca trasciende.

ARQUITECTURA EXISTENCIAL

Sobre la colosal estructura del deseo

construyo los andamios firmes de mi voluntad,

elevo paredes de ansiedad,

piedra y arena,

una de cal,

una de pena.

La casa donde juega la risa;

llorar a veces,

(es normal),

lo extraño siempre, ¿es la felicidad?

Mi humilde respirar,

suntuosas catedrales para mi fe sin Dios.

Las puertas del cielo dan al patio de mi vida,

al jardín del corazón.

Por la pendiente sube el sol;

en el balcón de la razón las flores perfuman preguntas,

la piedra filosofal de la existencia.

Ejerzo la arquitectura propia de mi posteridad.

En el hogar de mi alma,

todas las ventanas se sostienen en la noche.

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