Ayer, en el marco del partido de vuelta de la finalísima del año de la Liga de General Villegas, Santa Rita de Piedritas, con el volante roberense Nicolás “el guante Verón” de titular, cayó en su estadio 2 a 1 ante Ingeniero White de Banderaló, aunque, como había superado a este contrincante en la ida por 2 a 0 de visitante, finalmente terminó levantando el mayor trofeo 2025 de la vecina contienda, tras haberse coronado también este año en el Clausura y el Reducido.
“Nico” estuvo en cancha en este gran escenario durante casi todo el partido, y con una buena performance evidenciada, a pesar de haber llegado a esta instancia definitiva con el arrastre de una lesión y sin haber podido hacer fútbol durante los días previos. Fue importante en la zona media del “Lobo”, como lo viene siendo hace años, y también en este 2025, quien, además de haber levantado todos los títulos citados en juego junto a sus compañeros de plantel, había, a su vez, sido el subcampeón del Apertura, certamen el que se había coronado el Rojo banderolense, dentro de un título que le había dado la posibilidad de jugar esta final, en la que le dio batalla a Santa Rita, pero no le alcanzó para poder revertir el resultado que se había dado en la ida.
Así, los comandados por Paulo Tabasso cerraron un año casi inmejorable en la Liga villeguense, y ratificaron, con todo lo alcanzado, lo que habían logrado el año pasado, en el que también habían sido los mejores de la temporada y, además, los campeones del año.
Respecto a los detalles del partido, Ingeniero salió decidido a marcar rápido, obligado por la diferencia de dos goles en su contra. Mariano Díaz habilitó a Albano Orueta en la primera situación clara, pero Martín Morillo-figura en la ida y nuevamente determinante- achicó a tiempo para salvar a los locales.
El “Lobo” respondió con un remate de Ledesma por arriba y con la firmeza de la dupla central Schpether-Moyano, que sostuvo al equipo en los peores momentos.
A los 14 minutos llegó el primer golpe y, como en Banderaló, fue de Santa Rita. Un centro preciso de Andrés Ledesma desde el costado izquierdo, lo encontró a Eber Gómez dentro del área chica, que no perdonó y marcó el 1 a 0. Euforia total para la gente del “Lobo” y un mazazo para Ingeniero, que con ese gol quedaba obligado a marcar cuatro para revertir la historia.
Posteriormente, Santa Rita estuvo muy cerca de ampliar su ventaja, pero Jonathan Puga sostuvo al Rojo con dos atajadas monumentales, primero ante Gómez y, luego, frente a Brian Mendoza.
Ingeniero, herido pero entero, siguió empujando. Gamarra avisó con un zurdazo que terminó en las manos de Morillo. Luego, Albano Orueta protagonizó la jugada más espectacular de la primera parte: una chilena tremenda que el arquero del “Lobo” sacó con reflejos de jerarquía, como en el Regional Amateur, donde venía de ser figura en la caída con Ferro de Olavarría. La final era intensa, disputada, emocional. Nada estaba definido.
Cuando el primer tiempo se moría, llegó la jugada que cambió el clima: penal para Ingeniero y roja directa para Santiago Filippi por una supuesta agresión dentro del área. Nicolás Roldán se hizo cargo y cambió el penal por gol, gracias a un remate cruzado a la derecha de Morillo. 1 a 1, final abierto, tensión total.
El segundo tiempo comenzó con ajustes obligados en Santa Rita. Paulo Tabasso reacomodó la defensa con el ingreso de José Vera, Moyano pasó al lateral y Schpether quedó como referencia en la zaga. Ingeniero salió decidido a empatar la serie y lo tuvo con un bombazo de Francisco Tula que Morillo despejó con un manotazo extraordinario.
A los 12 minutos, el Rojo encontró el desahogo: gran escalada de Juan Cruz Pereyra por derecha y centro perfecto para el cabezazo goleador de Nicolás Gamarra. 2 a 1. Ingeniero necesitaba dos goles más y se lanzó con todo. Sacra mandó a Bengoechea a la cancha para sumar peso ofensivo y el Rojo se adueñó del territorio, empujando más con ímpetu que con fútbol. Benito remató apenas desviado, Pereyra probó de volea, Morillo volvió a responder y un zurdazo de Benito reventó el travesaño. El tercer gol parecía al caer, pero nunca llegó.
Ingeniero plantó cara hasta el último momento, aunque extrañó horrores a Roigé y, por ende, no pudo tener esa cuota de gol que sí había mostrado en la primera parte de la temporada. Santa Rita resistió como pudo, con un hombre menos, al igual que en la ida. Los jugadores del “Lobo” dejaron el alma en cada pelota, demostrando una vez más que están acostumbrado a esta clase de partidos.
Sobre el final, el nerviosismo acumulado derivó en la expulsión de Orueta por doble amarilla -la segunda por simular-, y luego las rojas de Riscosa en el “Lobo” y Roldán en Ingeniero, en medio de un clima típico de una final que se jugó al límite. Con el pitazo final de Martín Gubar, se desató la fiesta piedritense.
Santa Rita celebró un bicampeonato histórico, horas después de que su tercera división también diera la vuelta. Un cierre de año perfecto para un equipo que mostró convicción, carácter y un nivel competitivo que lo coloca nuevamente en la cima del fútbol local.
Ahora será momento de festejar y, rápidamente, enfocarse en lo que viene: la revancha del Regional Amateur ante Ferro de Olavarría, este domingo, otra vez en el “Anyulín Penacino”. Pero esa será otra historia. Hoy, el “Lobo” es campeón, y lo es con justicia.
Fuente de crónica: diario Actualidad de Villegas.
Foto: Marcelo Eduardo Martínez.









