CulturaDestacados

El mural del “Tormo” tiene su primera parte hecha, y mañana se le sumará una sorpresa

Ayer, en el mítico bar “Tormo” de Lincoln, la artista linqueña Marisol Giangrandi le dio un toque más a la obra que está realizando en este espacio querido de Lincoln, en el marco de una idea que la había pensado cuando el “Tormo” estaba cumpliendo 25 años desde su inicio de actividad.

En ese sentido, Marisol, que es sobrina del dueño del lugar, había pensado llevar a cabo en una de las paredes exteriores del local, una imagen que representara las cargas simbólicas y las costumbres que habitan en este especial sitio, donde mucha gente se junta para pasar un rato agradable y de distención. Y también, en ocasiones, de arte, con guitarras y cantos desplegados en su aire.

Así, en principio, la artista linqueña había materializado parte de esta creación en el cumpleaños del bar, hace apenas un mes, que representa a dos hombres sentados, con instrumentos en sus manos, con una botella y una copa en la mesa, y con un perro echado debajo de ellos, una imagen fiel que denota alguna de las cosas que suceden en ese lugar, en donde la guitarreada y las charlas amenas, con una mezcla de arrabal y nostálgico sosiego, son moneda corriente cada día.

De ese modo, ayer, Marisol terminó esa parte de la obra, aunque habrá una más, la cual llevará a cabo en otras de las paredes del lugar, y que tendrá en su invención al gran Atahualpa Yupanqui dibujado con una de sus frases, que bien quedará plasmado en ese lugar.

El trabajo final, según su autora, lo llevará a cabo mañana, con el fin de dejar concluido este mural, que, desde ese momento, pertenecerá a una belleza más a todas las que ofrece este especial espacio.

Vale destacar que Marisol es autodidacta en sus invenciones, que tiene 33 años y que pinta desde los 8 años, y que da talleres en Capital Federal (donde reside), puntualmente en Villa Urquiza, en un espacio que se llama “La casa de Frida”.

Volver al botón superior