Experiencia Mujerario, una idea pensada por tres linqueñas que trasciende por su potencia y originalidad
Esta propuesta fue ideada por Laura Khalloub, Luciana Maccaroni y Julia Sigliano, y apunta a reunir a la mayor cantidad de mujeres posibles a expresarse de manera artística contra la violencia machista. En ese sentido, el pasado 3 de junio, tras haber encontrado la adhesión de muchas personas, en el marco Día Municipal de Lucha Contra las Violencias de Género, las hacedoras de esta iniciativa hicieron su primer evento simbólico frente a la estación de trenes. Fue un muro de máscaras, de rostros de mujeres, con un poderoso mensaje colectivo.
Experiencia Mujerario es un proyecto que fue pensado por tres artistas linqueñas que, quien las conoce, no sólo sabe que tienen una afinidad con el arte muy marcada, sino también mucha sensibilidad. Luciana Maccaroni, Laura Khalloub y Julia Sigiliano pensaron para este 3 de junio pasado, en el marco del Día Municipal de Lucha Contra las Violencias de Género, una idea que busca mancomunar fuerzas de identificación y defensa hacia la mujer contra la violencia machista, en repudio de los femicidios que vienen sucediendo, y con el objetivo de evitar que sigan sucediendo.
En ese marco, para dar forma a esta iniciativa, lo que pensaron fue convocar a todas las mujeres linqueñas y de todos los lugares que puedan alcanzar, a que dejen plasmados sus rostros en una máscara de yeso, para -luego de ser amoldados en yeso- poder ser conjugados en un muro simbólico, una actividad artística que apunta a evidenciar un mensaje colectivo que muestre la lucha contra la violencia de género, en defensa de la libertad de las mujeres.
Y, en parte, eso ya lo han logrado, dado que, tras la convocatoria que salió en redes sociales y en distintos medios, muchas participantes se pusieron acción, en identificación con esta iniciativa. En ese marco, producto de esa adhesión, el pasado 3 de junio, las hacedoras de esta propuesta pudieron armar un muro simbólico que se realizó frente a la estación de trenes, un espacio que, con el tiempo, tendrá un lugar propio, y que servirá no sólo para poner de manifiesto las máscaras que ya se han conseguido, sin todas las que se vayan agregando, y eso dependerá de que las mujeres de Lincoln, y de todas aquellas que quieran ser parte de esta propuesta, sigan experimentando con hacer estas máscaras, una acción colectiva imprescindible para continuar luchando contra una problemática, la de la violencia de género, que parece no tener límites, aunque, como se sabe, muchas son las agrupaciones de mujeres que hace años luchan contra este brutal conflicto, que deja mujeres muertas, laceradas, con secuelas psicológicas, con traumas, que arruina personas, familias y también a toda la evolución de la sociedad cuando suceden.
En relación a esta nueva idea, como se mencionaba, no sólo busca expandirse entre todas las mujeres de Lincoln, sino también en todas aquellas que habiten en ciudades de la provincia y el país que quieran replicarla. Así lo pensaron las tres protagonistas de esta propuesta. Y, seguramente, por el la originalidad y el objetivo claro que tiene, se replicará en diferentes lugares, lo que hará que ese muro que ya está en Lincoln, se genere en otros espacios, para, de esa forma, sumar de manera contundente, un testimonio sólido contra una problemática que genera impotencia, desconcierto, y también búsquedas desesperadas para detener la locura de la violencia de género, del asesinato de la mujeres, este modo brutal que en este año ya llega a más de noventa femicidios oficialmente confirmados este año.
En ese sentido, en torno a esta propuesta, Corazón Amateur dialogó con dos de las integrantes originales de la experiencia Mujerario, Laura y Luciana, quienes contaron cómo nació esta idea y cuáles son sus fundamentos.
En ese contexto, la primera que se expresó fue Laura, quien, en principio, dijo: “Esta idea surgió de repente, un tanto de manera intempestiva. Fue con el objetivo de sumarnos a la fecha del 3 de junio desde una experiencia artística. En ese sentido, cuando empezamos a poner en movimiento las ideas, descubrimos muchísimas posibilidades que abrieron distintas dimensiones y enriquecieron al proyecto que teníamos. En ese marco, en principio esta idea que se nos ocurrió tiene que ver con poner nuestros rostros en máscaras de yeso, hacer moldes de nuestras caras para construir un muro donde estemos todas las mujeres posibles, todo esto teniendo en cuenta que la situación de pandemia que estamos viviendo no nos permite generar encuentros, por lo que, en principio, lo pensamos para hacerlo entre mujeres que tenemos cerca, aquellas con las que convivimos o con las que tenemos alrededor. La idea fue y es, de algún modo, hacernos entre nosotras estas máscaras para compartir la experiencia”.
Tras ese concepto, Luciana, en el mismo hilo de fundamentos sobre esta propuesta, manifestó: “Después, una vez que las mujeres hacen sus propias máscaras, nos las alcanzan y nosotras hacemos el vaciado en cemento. Por ahora tenemos 40 máscaras ya hechas en ese material y la idea es que esto que empezamos nosotras no termine, que la experiencia sea durante mucho tiempo. En ese sentido, todos los días 3 de cada mes vamos a seguir haciendo estas máscaras en cemento, hasta que podemos sumar la mayor cantidad de mujeres posible a esta propuesta de experiencia Mujerario”.
Asimismo, en torno a esta iniciativa de seguir replicando la experiencia que han pensado, Laura añadió: “La idea es seguir recibiendo los moldes, las copias de las caras, que se hace en medio de un proceso íntimo. En tanto es oportuno decir que hemos denominado esta idea como experiencia Mujerario porque creemos que hay que hacer mucho hincapié en saber qué nos pasa en ese momento en que estamos haciendo la máscara, es por eso que, en este momento, estamos recabando los diferentes relatos de mujeres que ya han pasado por la experiencia de hacer sus máscaras. También hay que tener en cuenta las posibilidades que nos ofrecen las redes para que esta idea no tenga fronteras ni distancias para poder ser vista. Buscamos que esta experiencia se replique en otros sitios. Es poner a disposición esta propuesta a mujeres que habiten en otros territorios para que construyan su propio Mujerario. Eso sucedió porque se pusieron en contacto con nosotras mujeres que viven en otros lugares con el fin de enviarnos sus máscaras. Desde allí surgió la idea de que esta experiencia se replique en otros lugares. En definitiva, la idea es construir muchos muros con rostros de mujeres que nos sumamos a esta lucha, para decir, precisamente, ‘Ni una menos’”.
Finalmente, Luciana aseveró: “También es oportuno contar que el pasado 3 de junio hicimos una acción simbólica frente a la estación de trenes en donde ubicamos todas las máscaras que teníamos en un muro. En ese sentido, con el tiempo tendremos nuestro propio muro, que será un símbolo y homenaje de lucha continua en el marco del ‘Ni una Menos’”.
“NI UNA MENOS” COMO MOVIMIENTO FEMINISTA
Ni una Menos es una consigna que dio nombre a un movimiento feminista surgido en Argentina en 2015, luego del femicidio de la joven Chiara Páez en la localidad de Rufino, provincia de Santa Fe. Posteriormente, se expandió a gran escala hacia varios países de Hispanoamérica y otras regiones del mundo.
El objetivo principal es acabar con la violencia machista en todas sus formas. La primera movilización Ni Una Menos fue convocada y organizada en tres semanas y dos días, por una veintena de periodistas, escritoras y activistas a través de un disparador en una red social: “¿No vamos hacer nada? ¡¡NOS ESTÁN MATANDO!!
Hace seis años, una manifestación de 1 millón de personas convocadas al grito de ¡Ni una Menos!, conmovía a la Argentina. Hoy, esa lucha nos sigue impactando y convocando.
Ni Una Menos logró imponer en la agenda política y social la violencia machista y visualizar potencialmente lo que sucede con las mujeres.
Dada la trascendencia de esa fecha es que se instituyó por ordenanza vigente desde el 14 de abril del 2020, que cada 3 de junio sería el “Día Municipal de Lucha Contra la Violencias de Género”.