Repleto de música, Ludovico Fonda presentó sus dos primeros discos en GIDI
El evento se realizó ayer sábado por la noche en la casa cultural de Lincoln, marco en el cual hubo recitadas, una coreografía de danza y un entero ambiente de emociones y talentos conjugados. A continuación, algunos datos de una escena a puro arte, a pura invención colectiva.
El arte hecho con profundidad es hermoso. Y se vuelve una fecunda revelación cuando trasciende. Eso pasó el sábado en GIDI, cuando, por la tarde-noche, el artista linqueño Ludovico Fonda puso en la escena, ante un buen marco de público, sus dos primeros discos como solista. Dos materiales de lujo que reúnen canciones de casi diez años de dedicación por la música. “Canciones I” y Canciones II” abrieron sus alas en un lugar físico, en una sala mítica, en la que han pasado artistas de toda índole, y donde se respira invención por todos lados.
Allí, Fonda sacó a relucir su estilo letrístico y voz inconfundibles, y lo hizo con recitadores y recitadoras, con una compañera musical y con una bailarina de danza para sacudir aún más el ambiente del teatro linqueño, que vivió una circunstancia inolvidable. El talento de este autor, las voces recitadoras de algunas de las personas que hacen este rol en los discos y otras que se sumaron en esta puesta en escena, más la coreografía propuesta por la profesora de danzas Anabela Cámpora, que fue un lujo estético, fundaron la magia que se desprende del arte. La conjugación, la sincronía, las emociones plasmadas de cada uno y cada una de los protagonistas, evidenciaron un gran espectáculo.
Todo en el aire de esta velada fue sutil y vibrante. Y no podía ser de otra manera. Es que Fonda así lo dispone, o lo propone. Sus letras sentidas, la profundidad de sus conceptos, la lírica aspiración de sus ideas, la contundencia del sentido que busca es lo que aborda, son luego invenciones lúcidas, trabajadas, experimentadas en una lectura anterior de años, que, conjugadas con su talento de traducción exterior e interior, de él mismo, arrojan lo que mágicamente hace, reveladas ayer en un orden de planos acumulados. Todo lo que Fonda tiene adentro, o gran parte de él, están en estos discos, que son los que se escucharon en parte ayer, con la compañía de artistas de jerarquía y nivel, lo que le dio esta puesta en escena y al estilo del cantante, un plus más, irrepetible, mágico y movilizador por los colores de adentro que todos y todas pusieron, y lo hicieron de manera contundente, natural, logro por méritos propios y porque “Ludo” también despierta estos sentimientos. Todas y todos los que lo acompañaron a Fonda saben del valor que este autor tiene para la cultura local, con estos dos discos materializados, pero con seis libros en su haber de poesías; y dos de teatro, un trabajo de creación que ya es obra, y que se va extendiendo sin parar, con la contundencia del convencido, del que sabe cuál es ya su camino dentro de la creación.
Lo cierto es que GIDI fue ayer una genial manera de expresión artística. Los discos que Fonda ya había presentado de manera virtual (con trece temas cada uno, grabados en “Jota Y Estudio”, empresa linqueña comandada por “Yuyo” Clart y Juan Oga), por esfuerzo de él mismo, de sus acompañantes en las tablas, por la disposición del teatro de la calle 9 de Julio y por la gente que acompañó, pudieron presentarse de manera formal, en un lugar físico, en un espacio dispuesto a que el arte se dé de manera acabada, más allá de las limitaciones de la pandemia, de las trabas que la realidad sanitaria evidencia. Con ganas, vocación, orden protocolar y con el deseo profundo de proponer arte que inspire, estos dos trabajos pudieron ser presentados en el espacio que corresponde, en el ideal.
En ese sentido, los y las que acompañaron a Fonda en la escena protagónica fueron, en los recitados, Julián Ardesi, María Elvira Aristimuño, Martín “puri” Pérez Muñoz y Marcia Giménez. En tanto, “Yuyo” Clart fue la única acompañante melódica que “Ludo” tuvo. Y en la coreografía de danza y baile se presentó de manera brillante, estética, como se mencionaba anteriormente, Anabela Cámpora.
También hubo momentos especiales, como cuando una de las hijas del propio contante, Julieta, subió a las tablas a cantar junto a él, en lo que fue una de las escenas más emocionantes de la velada.
EL DETALLE DE LAS ESCENAS
En relación al rigor de la escena propuesta, Fonda cantó más de 20 temas, casi todas de los dos discos. Asimismo, al momento de recitar, Ardesi lo hizo en los temas “Por los senderos” y “Manantial”; Aristimuño, en “Chimangueando” y “Vals de la intemperie; “Puri”, en “Como estas manos”, contexto en el que también cantó; y Giménez ofreció su recitado en Arenal. En tanto, la hija de “Ludo” cantó junto a él en la pieza “Sol sencillo”.
Asimismo, Anabela bailó en el tema “Sin ayer”; mientras que Clart puso su increíble voz al lado de a Ludovico en las canciones “Vals de la intemperie”, “Pueda ser” y “Embrujado de vos”.
LAS CANCIONES QUE SE TOCARON EN EL RECITAL
Los temas que Ludovico cantó, junto a sus invitados e invitadas en las tablas, en detalle fueron los siguientes: “Allá por la barranca”, “Desde arriba”, “Chacarera carmesí”, “Ahí va tu sombra”, “Por lo senderos”, “Plegaria”, “Al viento”, “Arenal”, “Si me arrea el diablo”, “Sin ayer”, “Canto por cantar”, “Recuérdame”, “Manantial”, “Como si fuera el mar”, “Corazón que anda feliz”, “Sol sencillo”, “Chimangueando”, “Vals de la intemperie”, “Pueda ser”, “Hermano del aire” y Debo saber”.
LAS PALABRAS DE FONDA LUEGO DEL RECITAL
Luego del recital, consultado por Corazón Amateur respecto a las sensaciones que le dejó esta experiencia en GIDI, Fonda expresó: “Tengo la sensación de plenitud, que es el resultado y la satisfacción de un trabajo hecho que es más grande, pues van a ser en total cinco discos, aunque, como decía, esa satisfacción y sensación de plenitud vienen por un trabajo y trecho realizados, y de haberlos podido presentar para la gente, haberlo podido hacer en vivo, ante el público, en un teatro como GIDI, en un contexto como en el que estamos, en donde no es tan sencillo ni es tan común poder hacer algo como esto, como sí se podía hacer hace un tiempo atrás. Esos condimentos también son los que me han dejado la sensación de plenitud, el hecho de haber podido superar estas cosas gracias a que hay un lugar que labura para eso; y también esa sensación se ha generado por el plus infinito de haber sido acompañado por toda la gente que me acompañó, todos amigos, amigas y mi familia, los que hicieron que esto pudiera suceder. Mi hijo, mis hijas, mi compañera, mi madre, todos mis amigos y amigas, todo lo que sucedió me han despertado, como mencionaba, esta sensación de plenitud”.
¿DÓNDE SE PUEDEN ESCUCHAR LAS CANCIONES?
Los temas de los discos “Canciones I” y “Canciones II” de Ludovico pueden escucharse en Spotify, aunque también han sido subidos a Youtube, en el canal propio del cantante linqueño, que puede encontrase con su nombre. En ese sentido, para poder escuchar estos materiales, se debe acceder a https://www.youtube.com/channel/UC_2Cgde7E-pRqEu8EfypjdA. En tanto, en junio, confirmado por el propio Fonda, se podrá escuchar por este mismo canal todos los temas de “Canciones III”.
¿DÓNDE SE PUEDA ADQUIRIR LOS DISCOS?
Las personas que estén interesadas en adquirir los discos “Canciones I” y “Canciones II” pueden llamar al teléfono propio de Fonda, que es 2355-692743. O también pueden mandarle un mensaje privado a su Facebook (“Ludovico Fonda”) o a su Instagram, que aparece en esta red social como “ludovicofonda”.
ARTE DE TAPA, ARMADO DE DISCOS Y ESTUDIO DE GRABACIÓN
Quienes hicieron también posible que los dos primeros discos de Fonda pudieran ser materializados, fueron el artista plástico linqueño, Agustín Luisi, quien puso manos a la obra en el armado material de los discos; y Gilda Ferrari, quien realizó el diseño de tapa. En tanto, la grabación de “Canciones I” y “Canciones II” se hizo en “Jota Y Estudio”, dirigida por “Yuyo” Clart y Juan Oga.
ALGUNAS LETRAS DE “CANCIONES I”
“Si me arrea el diablo”
En la punta de tu lengua hay un cielo inmenso
que diluye las certezas con fulgor de infierno.
En el cielo de tus ojos hay un bosque antiguo
donde vienen a buscar consuelo los vencidos,
rondan las preguntas como ángeles hambrientos,
tiene tanta paz la violencia de sus vuelos.
El amanecer es pura alquimia de las sombras
y en la más oscura muere y mata la memoria.
Si me arrea el diablo pueda ser que estés conmigo
para entrar sonriendo al comienzo del olvido.
“Arenal”
Coincide siempre el renacer con un disparo a cara o cruz.
La luna es falsa sin arriesgar.
Desamparado sé que están los que fecundan paredón
por más que floten entre diamantes.
¡Ay, tu corazón, sino se entrega sin pensar
será una piedra
triste arenal!
Soy tu suspiro en soledad, la llama que ama el madrigal
inmenso, de tus sueños.
A veinte siglos de ganar, a dos minutos de perder
no hay más refugio que tu intemperie.
¡Ay, tu corazón, sino se entrega sin pensar
será una piedra,
triste arenal!
“Y al caminar”
En las mañanas tu recuerdo vuela intenso,
pero en calma como un dibujo sobre el agua
que perdura.
Y es maravilla oír tu voz atravesando
la distancia como una luz que se despliega en el abismo
y lo desarma.
Y al caminar, mi corazón arde en cantar…
En la intemperie se amanece siempre
más temprano y los caminos son tormentas
que descansan.
Me guía el viento, me abriga el sol,
me empuja tu alma y el porvenir con su ilusión
me embruja el paso.
Y al caminar, mi corazón piensa en vos…
“Canto por cantar”
Cumbres del amor, abismo seguro
rojo del sentir, hambriento de vida.
Cada amanecer se muere la noche
para renacer paciencia divina.
Corazón que llora aprieta los dientes
para renacer, en surcos de sombra.
Voy a imaginar que nunca te he visto
para que al volver incendies la nieve.
Lo que queda atrás reclama poesía
para hacer real la mesa tendida.
Canto por cantar. No afilo mis dioses en la vanidad.
Soy un servidor del silencio,
nada más…
“Desde arriba”
Desde arriba vienen monedas de barro…
Están esperando que mueras de pena
para alucinar otro espanto y robarte
lo sencillo y hondo que buscan tus manos.
Si pudiera ir hacia el centro del miedo,
sé que habría luz esperando camino…
Con la soledad de saberse perdido
uno encuentra flores en cada distancia.
¡No creo en nada más que lo que llena mi alma…!
Las ausencias saben hallar melodías,
en toda penumbra caminan estrellas.
Sé que estoy arando en el viento y comprendo
que sin corazón toda selva es desierto.
Pedacito suave de vida tus ojos
han sabido siempre extraviarme en la noche
y volver al cauce mis dulces quimeras
como en una danza que olvida la muerte.
¡No creo en nada más que lo que llena mi alma!
Fotos: Facebook “La Posta del Noroeste”.